Realizado por Luz Margaret González Rodríguez, Eva González Toledo y Julia Hernández Brito

miércoles, 14 de mayo de 2014

Trabajo final: El asma



Realizado por:

Luz M. González Rodríguez
Eva González Toledo
Julia Hernández Brito
 

El Asma

  • ¿Qué es el asma?
    Visión microscopica de la inflamación
El asma es una enfermedad del sistema respiratorio, o en otras palabras, un trastorno inflamatorio crónico de los bronquios que dificulta el paso del aire a los pulmones.
 
Esta enfermedad, debido a la obstrucción de las vías aéreas, hace que los bronquios se vuelvan más sensibles a una enorme cantidad de estímulos o situaciones del ambiente.
  •  Causas:

El asma aparece debido a la hinchazón de las vías respiratorias,  es decir, los músculos que rodean las vías aéreas se vuelven rígidos y el revestimiento de los conductos respiratorios se hincha. Esto provoca que la cantidad de aire que puede pasar se vea disminuida considerablemente.
Esta enfermedad se observa mayoritariamente en los niños, pero puede darse en personas de cualquier edad.  Hay muchas personas que continúan padeciendo esta enfermedad durante la etapa adulta tras haberla padecido de pequeño. Es una enfermedad muy peligrosa y puede ser una causa importante de hospitalización y ausentismo escolar.
El asma suele presentarse acompañado de las alergias, ya que ésta puede deberse a alguna alergia. La respuesta alérgica juega un papel determinante en el asma infantil.
  • Características y síntomas:

Entre las características y síntomas de esta enfermedad podemos exponer los siguientes:
    • Episodios más o menos graves de dificultad respiratoria
    • Los niños y niñas más mayores y adolescentes suelen quejarse de dolor u opresión torácica
    • Tos y silbidos al respirar, que generalmente, son reversibles espontáneamente o con medicación, pero que pueden llegar a ser severos o a veces fatales. La tos muchas veces puede despertar al niño por las noches
    •  Rigidez en el pecho
    •  Bolsa oscura bajo los ojos
    •  Irritabilidad
    •  Sentirse cansado
    •  Dificultad respiratoria
      El Asma puede venir acompañado también de rinitis caracterizada por estornudos frecuentes, picor de nariz, agüilla nasal y taponamiento nasal; y, a veces, también de conjuntivitis o enrojecimiento y picor en los ojos, lagrimeo.
Sin embargo, no todas las personas que tienen asma presentan estos síntomas, así como tampoco el hecho de padecer estos síntomas significa que la persona tenga asma. Se recomienda asistir al médico para que lo diagnostique realizando una prueba defunción pulmonar (haga clic ahí para ampliar información), realizándole unas preguntas sobre los antecedentes familiares del paciente, hacerle una prueba médica, pruebas para las alergias, una radiografía de tórax o el conteo de los eosinófilos (un tipo de glóbulo blanco). Esto es de suma importancia para saber si padece de asma, además de observar la frecuencia con la que ocurren estos síntomas y la gravedad de los mismos, ya que pueden empeorar con el tiempo.

  • Factores que producen el asma:
    • Alérgenos como el pelo del perro o del gato y sobre todo los ácaros del polvo, el moho, el polen, etc.
    • El estrés.
    • El ejercicio físico, sobre todo si el aire es frío y seco.
    • Los irritantes como el humo de cigarrillo, la contaminación del aire, las sustancias químicas o el polvo del trabajo, los compuestos presentes en productos decorativos para el hogar y los atomizadores (por ejemplo, el fijador para el cabello..)
    • Medicinas como la aspirina y otros antiinflamatorios.
    • Los sulfitos presentes en alimentos y bebidas
    • Las infecciones de las vías respiratorias superiores, como los resfriados

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Otros problemas de salud ya existentes en la persona pueden hacer que el asma sea más difícil de controlar, como la congestión nasal, las sinusitis, la enfermedad por reflujo, el estrés psicológico y la apnea del sueño.

El asma es diferente en cada persona y por ello es posible que algunos de los desencadenantes que hemos mencionado no lo padezcan ciertas o muchas personas. 
  • El asma y el ejercicio físico:
 Existen múltiples desencadenantes del asma, como previamente hemos comentado, entre ellos la actividad física y el deporte, que pasaría a conocerse a esta crisis como asma de esfuerzo. 
La causa fundamental de este tipo de crisis es  un enfriamiento rápido e intenso de los bronquios, de manera que pierden calor y humedad. Es por ello que el mejor método para evitar estas crisis sería realizar un buen calentamiento empezando suavemente hasta alcanzar una actividad moderada que dure entre 10 y 15 minutos, esto hará que las vías aéreas se preparen para el ejercicio. Por otro lado, los deportes que se practiquen en ambientes calientes y húmedos, como la natación, y aquellos que practiquemos en áreas cerradas en las que normalmente el ambiente está más cálido que el exterior, evitarán que aparezcan las crisis. 
Las primeras veces que se realiza el ejercicio se suele sentir una sensación de fatiga, cansancio y sensación de ahogo, pero es algo completamente normal hasta que el cuerpo se acostumbre. Esta sensación se magnifica en las personas asmáticas y es por ello que la adaptación al deporte debe ser progresiva, para que con el tiempo se aprenda a diferenciar entre la fatiga, el ahogo y el cansancio por la falta de actividad física y la relacionada con una crisis de asma. 
Existen algunas normas que debemos seguir para la práctica de ejercicio cuando padecemos asma: 
    • Tomar la medicación antes de la actividad física
    • Realizar el calentamiento prolongado y progresivo 
    • Procurar que el ejercicio sea a intervalos y no realizar ejercicios máximos en intensidad 
    • Si es posible deporte en ambientes húmedos y calientes 
    • Procurar respirar por la nariz y llevar siempre la medicación en la bolsa de deporte 
    • No realizar ejercicios si el asma no está controlada, si hay pitos o se tiene tos importante.   
  •  El asma y el medioambiente:
     La contaminación del aire ha sido implicada como uno de los factores responsables del aumento en la incidencia de asma en años recientes. Los médicos deben tener en cuenta los contaminantes comunes que pueden afectar a los pacientes asmáticos. 
Las Normas Nacionales para la Calidad del Aire Ambiental se refieren al ozono (O3), SO2, NO2, CO y al plomo. Además los estudios muestran que los niños que viven cerca de carreteras con mucho tráfico tienen tasas considerablemente más altas de asma diagnosticada. Las investigaciones epidemológicas parecen indicar que las emisiones de diésel pueden agravar la enfermedad, especialmente en los niños.
Con respecto a los principales contaminantes del aire que se asocian a agravamientos de asma se incluyen:
    • Alérgenos biológicos (ácaros del polvo doméstico, cucarachas, caspa animal, moho, etc.) 
    • Humo del tabaco ambiental. 
    • Químicos y vapores irritantes y sustancias que generan los aparatos de combustión.
  • Cómo aprender a vivir con el asma: 
        El buen control del asma logrará lo siguiente:  
    • Prevenir los síntomas crónicos y molestos, como la tos y la dificultad para respirar
    • Disminuir la necesidad de usar medicinas de alivio rápido 
    • Ayudarle a mantener los pulmones en buen funcionamiento 
    • Permitirle mantener su nivel normal de actividad y dormir toda la noche.
    • Prevenir ataques de asma que ocasionen una visita a urgencias o una hospitalización 
      Colabore activamente con su médico con el fin de controlar su asma o el asma de su niño. Los niños de 10 años o más —y los más pequeños que puedan hacerlo— deben participar activamente en el cuidado de su enfermedad para que se acostumbren a tratarla mejor posible. 
      Participar activamente en el control del asma implicaría lo siguiente
    • Colaborar con el médico para tratar otros problemas de salud que puedan interferir.
    • Evitar los desencadenantes del asma, excepto la actividad física.
    • Colaborar con el médico y con otros profesionales de la salud para crear y seguir un plan de acción contra el asma.
   Un plan de acción contra el asma le sirve de guía para tomarse sus medicinas  correctamente, evitar los factores que desencadenan el asma (menos la actividad física), saber hasta qué grado está controlada la enfermedad, responder al empeoramiento de los síntomas y buscar atención médica de urgencias cuando sea necesario.
    Medicinas    
         El asma se trata con dos tipos de medicinas: de control a largo plazo y de alivio rápido. Las medicinas de control a largo pazo sirven para disminuir la inflamación de las vías respiratorias y prevenir los síntomas del asma. Y las medicinas de alivio rápido o "de rescate" alivian los síntomas de asma que aparezcan.
    El tratamiento inicial dependerá de la gravedad de la enfermedad, y el tratamiento de seguimiento dependerá de lo bien que el plan de acción esté controlando los síntomas. El grado del control del asma puede varias con el tiempo y depender de cambios en el medio ambiente de la casa, escuela, trabajo, etc.
      Las medicinas para el asma se pueden tomar en forma de pastillas, pero la mayorñia de ellas se toma mediante un dispositivo llamado inhalador. El inhalador permite que la medicina llegue directamente a los pulmones.
  • Cómo actuar ante una crisis: síntomas de alarma

    • Determinación de la intensidad de una crisis de asma:
      • CRISIS LEVE: Se produce tos y leves sibilancias, sin dificultad para respirar.
      • CRISIS GRAVE: La tos persiste, las sibilancias son sonoras, la dificultad para respirar es evidente y sólo puede hablar con frases cortas.
      • CRISIS MUY GRAVE: La persona muestra angustia, respira con gran dificultad, no puede articular más que palabras entrecortadas, empalidece, suda mucho y los labios adquieren una tonalidad azulada. 
       En este último caso hay que llamar inmediatamente a una ambulancia 1-1-2.  
    • Primeros auxilios en caso de una crisis muy grave de asma. 
      • Sienta a la persona en posición erguida y tranquilízala, coge del botiquín de primeros auxilios la medicación de asma y la cámara espaciadora. No deje nunca solo al asmático. 
    • Administrar la medicación de urgencia. 
      • Nebulizador tipo Ventolín® o Terbasmín®: 
        • 4 PUFS, de uno en uno, administrados con la cámara espaciador 
        • 4 RESPIRACIONES suaves por cada puf administrado y 4 MINUTOS se debe esperar 
    • Si no mejora: Repite la medicación de urgencia. 
    • Si nota que: 
      • Mejora poco o nada 
      • Respira con mucha dificultad 
      • Habla con dificultad frases cortas 
      • Tiene los labios de color azulado 
               Acuda inmediatamente al centro de salud más próximo o llama a una ambulancia 1-1-2. Y repite los pasos 3 y 4 varias veces hasta que llegue la ambulancia.
Video: Aprender que es el asma

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